La orientación sexual se refiere hacia quién va dirigida tu atracción sexual y emocional, y es algo que no controlas. Es decir, te atrae quién te atrae y ya está. Lo que sí controlas es que haces con ese deseo o cómo lo gestionas (si le das rienda suelta o lo reprimes, si das el paso o esperas, qué tipo de relación quieres con esa persona, cómo le dices que le deseas, qué prácticas sexuales haces con ella, etc.)
¿Quieres saber la diferencia entre atracción y deseo? Pincha aquí.
Para saber tu orientación sexual, tienes que fijarte en:
¿ Quién me atrae?
¿Con quién fantaseo?
¿Con quién tengo sexo?
¿Con quién mantengo relaciones afectivas?
¿De quién me enamoro?
¿Cómo me defino?
Es importante recordar que la expresión de nuestra sexualidad cambia a lo largo de la vida y que, por lo tanto, nuestra orientación sexual y afectiva también lo puede hacer. Quizá ahora te defines con una orientación sexual determinada, pero los miedos y tabúes desaparecen con el tiempo y te permiten reconocerte con otra orientación sexual. O el tener referentes y conocer gente con otras orientaciones sexuales no normativas, te da la oportunidad de salir del armario y vivir tu sexualidad de forma más libre.
En cuanto a los tipos de orientación sexual que hay, podemos empezar diferenciando entre la monosexualidad, cuando te atrae un solo género, o polisexualidad, cuando te atraen varios géneros. Pero hay mucho más, sigue leyendo 😉
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