La gordofobia y la violencia estética no son las únicas discriminaciones que nos afectan en nuestro día a día y, obviamente, también a nuestra sexualidad. Veamos algunas de ellas. 

Sexismo: discriminación de género que se apoya en el sistema sexo-género y en el patriarcado. Y se perpetúa a través de los roles y estereotipos de género, los micromachismos, los mitos románticos, etc. 



LGTBIfobia: discriminación por la identidad de género y/o la orientación sexual, si quieres saber más pinche aquí. 

Racismo: discriminación por origen racial o etnia. Supone entender que una raza o etnia es superior a otras, lo cual conlleva trato desigual, discriminatorio e, incluso, violencia. 

Clasismo: discriminación de clase social. Supone entender que una clase social es mejor que otras.

Capacitismo: es la discriminación hacia las personas con diversidad funcional. Se basa en la idea de que la norma son las personas que no tienen discapacidad y que, por tanto, las personas con diversidad funcional tienen que adaptarse a esa norma. 

Edadismo:discriminación de las personas por su edad. Generalmente es hacia las personas jóvenes o hacia las personas mayores, y se basa en estereotipos y prejuicios. 


Todas estas discriminaciones son interseccionales, es decir, se entrecruzan entre ellas. No es lo mismo la discriminación sufrida por una mujer lesbiana (que puede vivir el sexismo y la LGTBIfobia) que una mujer lesbiana con discapacidad y migrante (que a las dos anteriores se la añade el capacitismo y el racismo) 

Son, además, discriminaciones estructurales y sistémicas, es decir está en todas partes, en todo el mundo y está normalizada sin cuestionarlas. Al igual que la gordofobia 😉